Carolina Esther Huentén tomaba mate en su casa de Toma Norte. Era una vivienda precaria, con paredes de madera, pero con ventana y puerta.
Cerca de las siete de la tarde del 16 de agosto de 2021, pasó Gonzalo Sosa en una moto. Iba como acompañante y con un arma de fuego.
Aparentemente tenía una disputa con los hijos de Carolina Huentén y por ello realizó varios disparos intimidatorios. Y se fue.
Una de las balas atravesó la ventana precaria e impactó sobre Carolina que estaba de espaldas. El tiro la hirió en la cabeza y murió a los pocos minutos.
Sosa pasará 10 años y 8 meses en prisión por el hecho mientras que el conductor de la moto quedará impune, porque llevaba casco y no pudo ser identificado.
Se determinó que la pena fuera la mínima que establece el código penal para un homicidio simple con arma de fuego.
Para alcanzar el monto de pena solicitado la fiscalía a cargo de Andrés Aznar valoró entre los agravantes la naturaleza de la acción, la extensión del daño causado, los motivos que llevaron al imputado a delinquir y “matar por el simple hecho de matar” y la vulnerabilidad de la víctima sin posibilidad de defensa.
En relación a los atenuantes, Azar mencionó que se tuvo en cuenta la falta de antecedentes penales del imputado.