Una vecina del barrio Canal V, de casualidad, accedió a los mensajes de Whatsapps que intercambiaban una mujer y su pareja para abusar de tres niñas. Las víctimas eran las hijas de la mujer abusadora.
Era abril de 2020, plena cuarentena por COVID-19, así que la vecina llamó al 102 y desde allí se puso a resguardo a las víctimas y comenzó un largo proceso judicial que culminó en noviembre de 2021, con una condena de 25 años para el hombre y 23 años para la mujer.
El caso causó tal indignación que hubo varias marchas de los vecinos, sobre todo cuando se determinó que los acusados debían esperar el juicio en libertad. Finalmente hubo tranquilidad social, cuando se consiguió una pena ejemplar, en un juicio por jurados.
La pareja encontrada culpable había recibido 25 y 23 años de prisión efectiva respectivamente, pero la defensa consideró que no habían sido considerados varios atenuantes, como por ejemplo la formación que realiza el condenado en busca de una reinserción social, que es considerada por el juez como un agravante.
En especial la defensa destaca en su agravio la ausencia de perspectiva de género en el caso de la madre de las víctimas y la desproporcionalidad en el monto de las penas. Los jueces consideraron que no se valoró apropiadamente el aislamiento y sometimiento al que el hombre condujo a la madre y sus hijas al momento de ocurrir los hechos.
El juez que aplicó 23 años de prisión dijo que “el reproche a la madre debe ser mayor, por ser quien debía proteger a esas niñas”, desvinculando al padre o tutor de este rol esencial.
Ayer se supo que el Tribunal, integrado por Florencia Martini, Richard Trincheri y Fernando Zvilling, resolvieron bajar la pena impuesta y darle 19 años para el hombre y 14 años a la madre de las víctimas.