Desde 2013, cuando Indalo (Autobuses Neuquen) se mudó al predio de Laprida al 7000, los vecinos de los barrio Cauce Viejo y Peumahué luchan para que se vayan.
En declaraciones a Radio Nacional, Daniela vecina del barrio Viejo Cauce, explicó que todas las noches, sobre todo en invierno, son encendidos más de 50 colectivos a la vez para calentarlos, lo que provoca que no puedan descansar en horas de la noche.
A su vez explicó que arrojan residuos de hidrocarburos y filtros de aceite viejo de las unidades en contenedores que no están aptos para evitar los derrames.
Por ello temen que se contamine la napa de agua. Además los tanques donde se almacena el gas oil están a cielo abierto lo cual provoca un fuerte olor.
Indicaron que los ruidos molestos comienzan a eso de las 9 de la noche, y hasta las 5 de la madrugada tienen que soportar los ruidos.
A su vez la semana pasada se acercaron al lugar funcionarios judiciales y peritos para confirmar las denuncias de los vecinos.
La situación la están padeciendo desde hace aproximadamente 9 años, cuando los talleres fueron trasladados desde la calle Solalique, frente a la ETON, al nuevo predio de calle Laprida, durante la gestión del ex intendente Horacio Quiroga.
Informaron que desde la Municipalidad de Neuquén, durante la gestión de Mariano Gaido, no se dialogó con los vecinos ni han tomado medidas para controlar el grave problema ambiental que se está generando.
En el Concejo Deliberante se presentaron varios proyectos, uno por año, para solicitar que se traslade la empresa. Pero el municipio espera quitarle la concesión a Indalo y por ello se irían.
La audiencia del transporte público será el 5 de Marzo, los vecinos pueden presentarse y opinar sobre toda la temática, por ejemplo el lugar de localización del predio.